Este blog es el resultado de veinte años de vicisitudes en pos de escribir, novelando la experiencia que tuve durante mi conversión a Jesús. En un principio publicaré cada semana una reflexión y al finalizarlas empezaré a editar por capítulos la narración.
martes, 26 de junio de 2012
La muerte
La desembocadura de la vida es una caja de pino cerrada y con una oscuridad total. Ante esta otra realidad que siento, ¿por cual se inclina Vd? o ¿que pretende leyendo estas reflexiones u otras?, ¿que es lo que busca? y cuando lo encuentra ¿que? y al dia siguiente ¿que?, ¿ si se cuida fisicamente?, ¿y si no se cuida?, ¿si vive 30, 68 u 80 años?, ¿el fracasado?, ¿el ganador? , ¿si tiene hijos?, ¿si no los tiene?, ¿si es feliz? ¿si no lo es?. Al final solo hay dos realidades, la caja de pino o él, la primera a simple vista la otra no
viernes, 15 de junio de 2012
Milagros
Los cristianos dicen, en los evangelios, que Jesús hacía
desaparecer la lepra de repente porque era hijo de Dios, y los Judíos tienen
escrito en sus libros que lo hacía debido a la magia adquirida en Egipto.
Ahora hagamos un paralelismo:
Ante la noticia de que en 1936 un autobús fue quemado por los obreros en la plaza Cataluña de Barcelona en una huelga para reclamar unos derechos, el titular de un diario de izquierdas podría ser el siguiente:
“Los obreros queman un autobús para reivindicar mejoras salariales”.
Y el de un diario de derechas:
“Unos revolucionarios quemaron un autobús en un acto de vandalismo”.
Y yo pregunto: se quemó el autobús? y, en el que se refiere a Jesús, realizó el milagro?.
La contradicción no viene por si se realiza el hecho o no, porque este era evidente y público, en el tema del autobús quemado una grúa sacaría la chatarra calcinada y el leproso o el muerto se abrazaría a sus familiares y amigos.
Según nuestro entendimiento racional nadie tiene poderes sobrenaturales y si Jesús curó a enfermos de repente, y volvió a la vida a personas que ya olían a cadáver provocando discrepancias solamente por la intencionalidad, estamos ante un ser que realizo hechos que se salen de los límites estrictamente humanos.
Ante la noticia de que en 1936 un autobús fue quemado por los obreros en la plaza Cataluña de Barcelona en una huelga para reclamar unos derechos, el titular de un diario de izquierdas podría ser el siguiente:
“Los obreros queman un autobús para reivindicar mejoras salariales”.
Y el de un diario de derechas:
“Unos revolucionarios quemaron un autobús en un acto de vandalismo”.
Y yo pregunto: se quemó el autobús? y, en el que se refiere a Jesús, realizó el milagro?.
La contradicción no viene por si se realiza el hecho o no, porque este era evidente y público, en el tema del autobús quemado una grúa sacaría la chatarra calcinada y el leproso o el muerto se abrazaría a sus familiares y amigos.
Según nuestro entendimiento racional nadie tiene poderes sobrenaturales y si Jesús curó a enfermos de repente, y volvió a la vida a personas que ya olían a cadáver provocando discrepancias solamente por la intencionalidad, estamos ante un ser que realizo hechos que se salen de los límites estrictamente humanos.
martes, 5 de junio de 2012
El Huerto de los olivos
Frío, soledad, sufrimiento, aquel trozo de huerto quedó momentáneamente aislado
del mundo, no se podía salir vivo de aquel trance, ahí Jesús cogió su humanidad
y la divinizó, le respondió a Dios a pesar de la contradicción vida-muerte, una
persona no puede quedarse indiferente ante la muerte, la apreciación es
clara, Jesús intenta asumir su destrucción por la pureza de amor que tenía hacia Dios, es cómo si hubiera
dicho: - por encima de esta contradicción que me desgarra te quiero Padre. Un
silencio mortal, solamente le contestaba los latidos de su corazón, suplicaba
una y otra vez a quien nunca le había fallado, la solicitud y el amor se
mezclaban en su ruego, la muerte lo miraba, cercándolo, y su instinto de
conservación lo colocaba al límite, angustia, opresión y tribulación lo
abrazaban, pero al fin, con su sudor derramándose entre la tierra y las piedras
le viene la relajación, el poder del amor a su Padre. Aunque después del proceso, instantes antes de
morir en la cruz, le vuelve la incertidumbre. Padre, porque me has abandonado?,
porque lo has hecho?, porque tengo que pasar por un sufrimiento que no
merezco?, y así seguirían preguntas infinitas, y es aquí cuando se hizo
omnipotente, al silencio como respuesta, a la burla de sus contrarios y a la
impotencia de los suyos, Jesús en medio de este hundimiento, extenuado, nos
deja el último eco de su corazón: “y dando un gran grito, dice: Padre en tus
manos encomiendo mi espíritu.”
Si alguna vez se le han saltado las lagrimas a Dios Padre, fue en esta ocasión.
Si alguna vez se le han saltado las lagrimas a Dios Padre, fue en esta ocasión.
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